sábado, 1 de octubre de 2011

Reflexión que me quema - by me

¿Qué estamos haciendo hermanos?

¿Crees tener la virtud de ser el conocedor de la verdad absoluta sobre todas las cuestiones?
¿Crees conocer lo más íntimo de las personas como para poder juzgar?
¿Crees entender como giran los planes del Todopoderoso como para poder condenar el paso a paso de la historia?
¿Acaso Dios te puso a ver la inmensidad del universo como para poder dar juicios sobre lo correcto o lo incorrecto?
Aquellos mismos hombres de Dios, apóstoles, profetas, sacerdotes, tuvieron que pasar grandes fracasos y cometieron crímenes hasta imperdonables para darse cuenta de su poco valor como instrumento del Altísimo.
El perdón y la gracia incondicional permitió que estos criminales se convirtieran en canales profundos de bendición. Todo esto por amor ¿Te quedó algo de esto en tu mente diminuta?¿Nos acordamos de esta palabrita que preferimos dejar al costado al momento de señalar?
¿Acaso perdimos el sentido común del amor de un cristiano? La plena esencia de un seguidor del maestro.
En 1ra corintios, capítulo 13 se pone bien clarito el tema para los que buscamos a Dios. ¡Sin amor no sirve nada!
El sacrificio fue por amor, el perdón fue por amor, la resurrección también fue por amor, amor a Dios y a los hombres. Cristo es igual amor ¿Vos sos igual a Cristo?
¿En qué estamos creyendo cristianos?¿Buscamos perfección en un mundo pecador que pelea por la santidad? El amor a Dios y a las personas debe ser el parámetro a seguir pero decidimos ser tan ineficaces que con esos ojos poco entrenados queremos creer que estamos llenos del Espíritu Santo como para condenar a la crucifixión a todos aquellos que están tratando de enseñarnos este camino de amor. Te equivocaste de espíritu amigo. Lo que tenés en un gran espíritu pero de los malos y te enciende en bronca y juicios críticos destructivos contra tus propios hermanos y aquellos que te aman y que por ende deberías amar.
Ver con amor, discernir con amor, creer con amor, confiar con amor, enseñar con amor, compartir con amor, exhortar con amor, brindar con amor, pensar con amor.
AMOR es lo que nos falta a todos.
Que desperdicio estudiar y comerse las escrituras, pasar tiempo sirviendo a otros, predicando, mientras seguimos insultando al de alado porque no hace las cosas bien.
Misericordia deberíamos pedir de Dios. Se nos enseñó el camino pero hacemos los que mejor nos parece, con nuestros criterios meramente racionales y puramente humanos.
Si alguna vez pudiéramos ver a los que nos crucifican y decirles: "Señor, perdónalos, no saben lo que hacen" declaración del maestro sobre la cruz, luego de ser escupido, golpeado, maltratado, burlado y clavado. O como un gran diácono con todas las letras como Esteban al ser apedreado: "Señor, no les tomes en cuenta este pecado". Incluso teniendo la total certeza y verdad en sus manos, no condenaron sino pidieron misericordia. Y nosotros aún no teniendo discernimiento de nuestras propias conclusiones despreciamos y elegimos maldecir.
Una vez dijo el autor de la salvación "este pueblo me honra con los labios pero su corazón está lejos de mí".
El mundo nunca va a conocer al verdadero Jesús si los mismos cristianos no anhelan mostrar su imagen de amor y consagración. Reflexionemos.