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martes, 2 de abril de 2013
Creer = Hacer
En una lejana tierra en medio oriente, un hombre había revolucionado las creencias y las cosmovisiones de las leyes tanto religiosas como morales. Éste planteaba una idea de Reino soberano y espiritual que sobrevendría sobre los que creen en el poder del perdón de los pecados a través del sacrificio y resurrección del mismo Hijo del Dios altísimo, él mismo. Muchos lo tratarían como loco, otros estarían perplejos ante tal difícil doctrina pero unos cuantos eligieron seguirlo y creer, o como mejor suene, creer y seguirlo.
Pero en esta última frase está la cuestión más controversial pero al mismo tiempo más misteriosa de Las Sagradas Escrituras, la Biblia. ¿Por qué debemos creer y luego hacer o hacer para creer? Todo parece un juego de palabras, pero en esta oración redundante está el camino a ver el milagro.
Jesús al resucitar al tercer día vino a traerle paz a sus amados discípulos, que angustiados se escondían ante la incertidumbre de lo que les iba ocurrir, y a decirles que él vivía.
En ese momento, Jesús les dice lo que deben hacer: "Como el Padre me envió a mí, yo los envío a ustedes." (Juan 20:21) Podemos imaginar a los discípulos, aún no saliendo de su asombro y perplejidad, mirándose unos a otros y preguntándose cómo deberían enfrentar tal orden del maestro ahora resucitado, solo vemos una instrucción "Crean".
Luego de unos días, Jesús aparece nuevamente, y esta vez a aquel que había sido incrédulo ante la mención de todos sus compañeros, a Tomás quien al verlo y tocarlo exclama: "¡Señor mío y Dios mío!" a lo que Jesús contesta: "Porque me has visto, has creído, dichosos los que no han visto y sin embargo creen." Juan 20:28-29
Tanto en la aparición a sus discípulos y luego a Tomás, se remarca la necesidad y condición para hacer: Creer. Es tan importante que Juan lo enfatiza en el capítulo 20, verso 31:
"Pero éstas se han escrito para que ustedes crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengan vida por medio de él."
La confianza en Jesús es un aspecto fundamental del cristiano. Unos días mas tarde, cuando los discípulos habían ido a pescar, Jesús les dio la orden de tirar la red hacia el otro lado y estos así lo hicieron. Dos veces ocurrió este mismo acontecimiento con el mismo resultado (primero en el llamado de Pedro y el otro, luego de la resurrección) ¿Por qué?
Porque creer en la palabra de Jesús está totalmente asociado con el hacer, con la acción. Y así lo hicieron sus discípulos. Obviamente luego de creer y hacer vino el milagro y éste será el resultado de confiar con acciones en lo que Jesús nos manda.
Jesús desea que uno crea en sus palabras, por lo tanto, hacer lo que él pide demuestra que uno cumple en obediencia y sobre todas las cosas está creyendo, teniendo fe, y confiando en él. A partir de que uno confía hace y desde que uno hace puede reafirmar que cree, todo se conecta, porque Dios quiere ver los "HECHOS de los apóstoles" y no el "Pensar de los apóstoles", y cuando uno hace puede estar seguro que el milagro se está revelando, el milagro de la Fe.
Sin embargo, hoy en día muchos basan su Fe en sentimientos y en sensaciones, una falacia. Porque al basarse en sentimientos y sensaciones, el creer está íntimamente relacionado con como uno se despierta en el día y no en la decisión que se tiene y se desea por fuera de los sentimientos. Tanto el temperamento como el sentimiento no puede ser nuestra base para confiar en Dios y creer en él, porque Jesús nunca dijo "Si sienten, si les tiembla el pecho, si lloran... crean" dijo simplemente: CREAN. Y cuando hablamos de creer estamos hablando de todas esas palabras que él pronunció, entre ellas, la que dijo antes de ascender a los cielos:
"El que crea y sea bautizado, obtendrá la salvación; pero el que no crea, será condenado. Y estas señales acompañarán a los que creen: en mi nombre expulsarán demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes; y si beben algo venenoso, no les hará daño; además pondrán las manos sobre los enfermos, y éstos sanarán." Marcos 16:16-18
Por tanto, el creer es el inicio y el hacer es la consecuencia, mejor dicho, el fruto de creer, y el resultado será ver el milagro que confirma la Fe, el cual fue la gran pesca para los discípulos. Pero sería erróneo esperar un resultado, un milagro sin creer y por ende, sin hacer, porque al no creer los discípulos nunca hubieran tirado la red al otro lado y al no hacerlo nunca hubieran visto el milagro de los ciento cincuenta y tres peces que les confirmó que quién les había dado tal orden era ni nada menos que el mismísimo Hijo de Dios, aquel quien había resucitado de la muerte.
"Así también la fe por sí sola, si no tiene obras, está muerta.
Sin embargo, alguien dirá: "tú tienes fe, y yo tengo obras."
Pues bien, muéstrame tu fe sin las obras, y yo te mostraré la fe por mis obras. ¿Tú crees que hay un solo Dios? ¡Magnífico! También los demonios lo creen, y tiemblan" Santiago 2:17-19
Este pasaje no declara que por medio de las obras uno se gana la Fe, mala interpretación que muchos hicieron, sino que la Fe verdadera tiene frutos verdaderos, y éstos serán obras que agraden al Señor y cumplan con sus mandamientos.
Las obras de un cristiano revelan la Fe. El creer es igual a hacer, porque nadie que se entere que hay salvación se calla para guardársela para sí mismo, porque la buena noticia siempre es motivo de compartir y de esparcirla para que todos la escuchen, y porque nadie que crea en la verdad salvadora de Cristo podrá simplemente callarse.
Por lo tanto, si decís ser cristiano y no vivís como dice la palabra, es tiempo de que reveas tu condición y examines el fruto de tu Fe, y si no lo hay es tiempo de pedir que la verdad se haga presente en tu vida con Cristo y su perdón eterno para ser un verdadero cristiano. En cambio, si aún no tomaste una decisión por seguir a Jesús, es tiempo de que dejes de esperar una luz mágica del cielo y empieces a ver con Fe (no con sentimientos) las obras y las palabras de Jesús, te vas a dar cuenta de que Jesús fue un líder que predicó lo que vivió e impulsa que todos aquellos que deseen aprovechar sus vidas deben seguirlo y creer para ver verdaderas obras que cambian, perdonan y aman lo imposible.
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