jueves, 19 de julio de 2012

De Dios nadie se burla - Reflexión

De Dios nadie se burla – By Me

Hoy surgió una reflexión mientras prendía la estufa de la oficina. Mientras se encendía el fuego pensaba ese pasaje de Mateo 7 que decía- "Muchos me dirán Señor, Señor, en tu nombre hemos hechado demonios (y muchas cosas más) y yo les contestaré: Apártense de mí, ustedes que hacen el mal" (contestación de Jesús a aquellos falsos cristianos).Me acordaba de todos aquellos que alguna vez me aconsejaron la joda, la ambición por el dinero y el lujo, el adulterio, hacer la mía y buscar mi deseo, total luego pediría perdón y la misericordia de Dios me daría vida eterna; incluso gente que hoy tiene cargos en la iglesia (profesores, diáconos, ancianos, etc.) y dice no arrepentirse de lo que vivió en su pasado; esos vociferaban esas enseñanzas, muchos de ellos lo llaman "Señor" a Jesús. ¿Qué trágico no? O triste mejor dicho. Pero mientras calentaba mis manos mi corazón decía una frase "Dios no es estúpido como nosotros creemos" pero así lo creen aquellos que no conocen absolutamente nada de Dios. Solo ven una figura mística y lejana que señala con un dedo o que es tan estúpido como para caer en nuestros planes tan simples. Creen en la eterna gracia o misericordia de Dios pero la falta de estudio de la Palabra de Dios no les permite que en sus mentes o su espíritu entiendan una característica que es incorruptible del creador: su justicia.

La respuesta a ese pensamiento corto fue parte de su Palabra que surió en mí primero asomando su esencia “Nadie puede burlarse de Dios” y de esta forma Googlee ese famoso pasaje de las escrituras que dice así:
No se dejen engañar, de Dios nadie se burla; pues todo lo que el hombre siembre, eso también segará. Porque el que siembra para su propia carne, de la carne segará corrupción, pero el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. No nos cansemos (No desmayemos) de hacer el bien, pues a su tiempo, si no nos cansamos, segaremos. Así que entonces, hagamos bien a todos según tengamos oportunidad, y especialmente a los de la familia de la fe. Gálatas 6:7-10 (NBLH)

Creo que esto puede ser una respuesta para aquellos que creen poder convencer a Dios de su supuesto arrepentimiento y búsqueda de su misericordia para salvación con un arrepentimiento planeado.
Aún siendo mi postura un poco controversial, me veo obligado a decir una convicción importante que hay en mi corazón: Ser parte del reino de Jesús (algunos prefieren la palabra cristianos), ser salvo no se gana con un deseo, tampoco es que se gana, se acepta un regalo. Pero este regalo es tan grande que para aceptarlo tenemos que vaciar nuestras manos de todo lo que estemos sosteniendo (lujuria, dinero, borracheras, codicia, nuestra vida…) sino no podremos tomar el regalo de Dios, no cabe en una sola mano sino en dos y deben estar dispuestas a soltar todo para tomarlo.
Pero muchos tienen la idea de que se puede tener todo a la vez. Aún sostenidos bajo la influencia de la cultura de este mundo creen que a Dios lo podemos combinar con ideologías humanas, religiones, humanismo o simplemente con ideas personales. La Palabra de Dios es muy clara: “Todo lo que vos vas a sembrar en tu vida, eso vas a cosechar…” Y sembrar para la carne (lujuria, amor al dinero, codicia, odio, podríamos resumirlo en lo que llamamos “joda”) es cosechar carne y la carne es corrupción, muerte. Por lo tanto, si aún buscás sostener tus propios deseos y caprichos estás rechazando el regalo.

A lo largo de mi vida fui caminando por varios caminos. Incluso me declaro culpable por también haber sido uno más de los que cayó en el pecado y en la idea de mezclar a Dios con este mundo. También fui uno más de los que pensaron que podrían engañar a Dios, de los que menospreciaron su justicia y tomaron a la ligera el sacrificio de Jesús para darme un perdón eterno por medio del arrepentimiento.
Pero ese pasado es un recuerdo doloroso, no es un “no me arrepiento de lo que hice” sino “realmente me hubiera gustado conocer la verdad antes para no cometer esos crímenes ante Dios”. Si aún hubiera algo de ese “no me arrepiento” estoy seguro de que aún no tendría a Jesús en mi vida porque conocerlo significa aborrecer la maldad porque tendría hambre de justicia, no la mía, la de Dios. Aunque esto no signifique que deje de pecar hasta que me muera, muestra que de alguna forma no quiero seguir siendo más como antes fui, sino prefiero la relación constante con Dios y esto significa un constante arrepentimiento y búsqueda de su Palabra y no la mía.

Es triste ver una generación de supuestos “cristianos” que no aborrecen “la joda”. Le damos importancia a cuestiones de tradición y cultura, ideologías y hasta el patriotismo terrenal. Todas creaciones humanas.
Todavía creemos que ser de “mi país” o tener cierta ideología es de más bendición que ser un cristiano. Concepción totalmente errónea de la ignorancia de caer en la cuestión hegemónica de los poderes que sostienen este mundo y que te hace sentir más perteneciente a una cuestión cultural que bíblica, donde nace la verdadera esencia del hombre. Podríamos decir que tu Señor no es Jesús (aunque así lo llames) sino tu Señor sos vos, tus pensamientos y tus ideas de cómo tenés que vivir a qué te tenés que aferrar. Sin embargo Jesús es claro, aclarando que no todos los que me dicen Señor, Señor, serán salvos.
Ayer tuve la oportunidad de pensar en qué le diría a Jesús si viniera en este preciso momento. Si aún pensás que no estás preparado para la llegada de ese último día, si todavía te faltan cosas para hacer, solo quiere decir una cosa, no estás seguro de que Jesús es verdaderamente el Señor de tu vida, no conocés a Dios.