sábado, 27 de julio de 2013

¿Quién puede interpretar correctamente la Biblia? - Artículo

Hago referencia a un artículo que se encuentra en la Biblia de estudio para líderes de jóvenes, editorial Vida. 
La recomiendo para aquellos interesados en tener una Biblia con artículos de interés para ministros, maestros y tutores de adolescentes.

¿Quién puede interpretar correctamente la Biblia?

En realidad, la respuesta corta a esta pregunta es que usted, yo o cualquier persona puede interpretar correctamente la Biblia. Sí, incluso alguien inconverso.
No pretendo decir que cualquiera acepta la Biblia o es transformado por su poder, sino que todos tienen el potencial de interpretar bien las Escrituras. Sin embargo, sabemos que lo anterior no sucede. No son todos los que saben interpretar la Biblia de manera adecuada. Entonces ¿Cuál es el secreto? ¿Cuáles son las condiciones para llegar a interpretar bien las Sagradas Escrituras?


Se debe comenzar diciendo que no existen fórmulas secretas o especiales para comprender el sentido correcto de la Biblia. Este es un libro dirigido a los seres humanos, por l tanto, está diseñado para que ellos lo lean y lo entiendan. No obstante, sí es cierto que se debe cumplir condiciones a fin de comprender la Biblia.


La primera condición es respetarla según sus variados géneros literarios. Dicho de otro modo, aquel que busca interpretar correctamente la Escritura llega a aprender que las historias se interpretan como historias, los salmos como cánticos, los proverbios como tales y las cartas como correspondencia personal. Los problemas comienzan cuando interpretamos los salmos como que si fueran las cartas de Pablo, o los libros apocalípticos como teología moderna. Cada género tiene sus particularidades, atractivo y significado, el cual encaja muy bien dentro del propósito general que Dios le ha querido dar a toda la Biblia.

La segunda condición es respetar el trasfondo histórico de cada pasaje. Si debemos interpretar un texto, llegaremos a apreciar en qué momento fue escrito, quién lo escribió, a quién fue dirigido, qué costumbres se muestran en él y qué entendió el lector original, entre otras cosas. Es por ello que los maestros de la Biblia señalan a menudo: "lo que el autor quiso decir a sus lectores fue...". Por ejemplo, podemos entender mejor el escándalo de la historia del buen samaritano si recordamos que ellos eran judíos mestizos, mezclados con otras razas, razón por la que el pueblo los odiaba. Sin embargo, en esta historia Jesús considera a este samaritano como el héroe que ayudó al necesitado.

La tercera condición es respetar el contexto de cada pasaje, es decir, el argumento, inmediato o mediato dentro del cual se ubica un texto específico. Por ejemplo, si solo leemos: "si la esperanza que tenemos en Cristo fuera sólo para esta vida, seríamos los más desdichados de todos los mortales" (1 Corintios 15:19), entraríamos en dudas con respecto a nuestra esperanza cristiana. No obstante, ese pasaje trata de imaginar qué pasaría "si Cristo no resucitó" (1 Corintios 15:13) y después aclara que "lo cierto es que Cristo ha sido levantado". Como vemos, resulta muy importante comprender el argumento del autor considerando el contexto de lo que dice.

Por último, hay una condición espiritual. Los no creyentes tienden a pensar que ciertas partes del mensaje cristiano son locura (1 Corintios 1:18), mientras que otras provocan enojo (Hechos 7:54) o simplemente constituyen un motivo de burla (Hechos 17:32). Un inconverso puede leer y hasta entender la Biblia, pero no llega a comprender a cabalidad su mensaje y a aceptarlo sin la ayuda del mismo Dios a través del Espíritu Santo, el cual mora en todos los creyentes. Aquí vale parafrasear lo que dijo Martín Lutero: "Un campesino con la Biblia sabe más de las cosas espirituales que los sabios con toda su ciencia". Al final, podemos concluir que la Biblia la puede interpretar cualquier persona que la respete como libro, la estudie como historia y la acepte como mensaje de Dios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario