Este es una sección que saqué del libro de Junior Zapata "La generación emergente" en el capítulo 4 -Crítica-. Sinceramente, me hizo reír por su manera chistosa y poética de expresarse pero al mismo tiempo llorar por lo real de esta crítica, y no pude más que pegar mis rodillas al suelo y pedir perdón por mi y por mi iglesia y clamar por restauración.
Creo que más que tomarlo como una crítica negativa, uno debe tomarlo como un espejo para verse y poder empezar a reformar nuestros aspectos que dan retroceso al proceso de evangelización en el mundo.
La sana doctrina no es tradición, sin embargo muchos quieren confundirla o entremezclar esta cuestión. Seamos cristianos renovados, reformados y nunca dejemos de buscar lo que Dios siempre quiso para todas las épocas: La salvación por medio de Cristo y su glorificación.
¡Que les sea de edificación!
COSAS QUE LE FASCINAN AL DIABLO DE LOS CRISTIANOS
1. En el automóvil tienen calcomanías de Jesús por todos lados, pero manejan como endemoniados.
2. Como si fueran "pescadores" usan "pescaditos", tienen la ilusión que eso los hace cristianitos.
3. Critican a los vecinos porque hasta la madrugada les duró el fiestón, pero en la reunión del domingo despiertan al vecindario con "echó a la mar los carros del faraón..."
4. En la iglesia, a las mujeres los hermanos les dicen: "hermanitas", en la calle: "mamacitas".
5. Llegan temprano al culto los domingos porque son "buenos servidores", durante la semana llegan tarde al trabajo porque son malos trabajadores.
6. Los papás prefieren salvar al mundo entero y quedar bien con el pastor, en lugar de salvar a sus propios hijos y quedar bien con el Señor.
7. Oran en voz alta enfrente del palacio de gobierno: "Que Dios prospere a nuestro país en esta marcha venimos a pedir", y al mismo tiempo buscan la mejor manera de los impuestos evadir.
8. Las hermanas en su tele, hasta el canal tienen marcado, así pueden cambiar de Benny Hinn (evangelista de la prosperidad) a Walter Mercado.(astrólogo y adivino)
9. Enseñan que Jesús nació "como pobre", pero le ponen un precio a todo lo que tiene su nombre.
10. Como predican: "si eres de los nuestros al cielo subes", ponen el precio de entrada de sus eventos por las nubes.
11. Entre sí se llaman "hermanos" como si fueran familia, pero viven como enemigos teniéndose envidia.
12. Dicen que Jesús vino a liberar, pero usan las reglas para esclavizar.
13. Le piden dinero a la gente más de lo que se lo piden a Dios, dicen: "si tú me das uno el Señor te da dos".
14. Se enorgullecen de conocer mucho de la Palabra de Dios, y como conocen muy poco al Dios de la Palabra, no reconocen su voz.
15. Hablan más de sus pastores que lo que hablan de Jesús, prefieren contar de su iglesia que contar de la cruz.
16. Los jóvenes danzan y danzan aunque el cuerpo les duela, pero son tan haraganes que les va mal en la escuela.
17. Los viejos critican y critican a la nueva generación, olvidándose de que las almas importan más que la tradición.
18. En playeras, música y conciertos invierten su dinero, pero no tienen para sostener a un misionero.
19. En su iglesia todos quieren tener al presidente, al empresario y al profesional, nadie quiere al drogadicto, a la prostituta o al homosexual.
20. De autonombrarse líderes del pueblo se toman la libertad, olvidándose de que si de veras fueran siervos ejercerían la humildad.
21. Invierten millones en sus medios de comunicación, pero los usan para engrandecerse y causar división.
22. Al mismo tiempo que discuten quién tiene la razón y la verdad, su país camina en perdición y oscuridad.
23. A Jesús lo llaman Señor, se lo repiten sin cesar, pero no importa pues parece que nunca lo van a honrar.
24. Cantan "firmes y adelante", pero se quedan en su iglesia y no van a ninguna parte.
25. Mientras los cristianos en su mundo se divierten, Jesús llora e silencio por las almas que se pierden.
Un espacio creado para compartir artículos, poemas, reflexiones, pensamientos, imágenes, etc. Con una perspectiva crítica y una mirada cristiana bíblica de los acontecimientos, realidades y experiencias.
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miércoles, 31 de julio de 2013
Cosas que le fascinan al diablo de los cristianos - "La generación emergente"
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sábado, 27 de julio de 2013
¿Quién puede interpretar correctamente la Biblia? - Artículo
Hago referencia a un artículo que se encuentra en la Biblia de estudio para líderes de jóvenes, editorial Vida.
La recomiendo para aquellos interesados en tener una Biblia con artículos de interés para ministros, maestros y tutores de adolescentes.
¿Quién puede interpretar correctamente la Biblia?
En realidad, la respuesta corta a esta pregunta es que usted, yo o cualquier persona puede interpretar correctamente la Biblia. Sí, incluso alguien inconverso.
No pretendo decir que cualquiera acepta la Biblia o es transformado por su poder, sino que todos tienen el potencial de interpretar bien las Escrituras. Sin embargo, sabemos que lo anterior no sucede. No son todos los que saben interpretar la Biblia de manera adecuada. Entonces ¿Cuál es el secreto? ¿Cuáles son las condiciones para llegar a interpretar bien las Sagradas Escrituras?
Se debe comenzar diciendo que no existen fórmulas secretas o especiales para comprender el sentido correcto de la Biblia. Este es un libro dirigido a los seres humanos, por l tanto, está diseñado para que ellos lo lean y lo entiendan. No obstante, sí es cierto que se debe cumplir condiciones a fin de comprender la Biblia.
La primera condición es respetarla según sus variados géneros literarios. Dicho de otro modo, aquel que busca interpretar correctamente la Escritura llega a aprender que las historias se interpretan como historias, los salmos como cánticos, los proverbios como tales y las cartas como correspondencia personal. Los problemas comienzan cuando interpretamos los salmos como que si fueran las cartas de Pablo, o los libros apocalípticos como teología moderna. Cada género tiene sus particularidades, atractivo y significado, el cual encaja muy bien dentro del propósito general que Dios le ha querido dar a toda la Biblia.
La segunda condición es respetar el trasfondo histórico de cada pasaje. Si debemos interpretar un texto, llegaremos a apreciar en qué momento fue escrito, quién lo escribió, a quién fue dirigido, qué costumbres se muestran en él y qué entendió el lector original, entre otras cosas. Es por ello que los maestros de la Biblia señalan a menudo: "lo que el autor quiso decir a sus lectores fue...". Por ejemplo, podemos entender mejor el escándalo de la historia del buen samaritano si recordamos que ellos eran judíos mestizos, mezclados con otras razas, razón por la que el pueblo los odiaba. Sin embargo, en esta historia Jesús considera a este samaritano como el héroe que ayudó al necesitado.
La tercera condición es respetar el contexto de cada pasaje, es decir, el argumento, inmediato o mediato dentro del cual se ubica un texto específico. Por ejemplo, si solo leemos: "si la esperanza que tenemos en Cristo fuera sólo para esta vida, seríamos los más desdichados de todos los mortales" (1 Corintios 15:19), entraríamos en dudas con respecto a nuestra esperanza cristiana. No obstante, ese pasaje trata de imaginar qué pasaría "si Cristo no resucitó" (1 Corintios 15:13) y después aclara que "lo cierto es que Cristo ha sido levantado". Como vemos, resulta muy importante comprender el argumento del autor considerando el contexto de lo que dice.
Por último, hay una condición espiritual. Los no creyentes tienden a pensar que ciertas partes del mensaje cristiano son locura (1 Corintios 1:18), mientras que otras provocan enojo (Hechos 7:54) o simplemente constituyen un motivo de burla (Hechos 17:32). Un inconverso puede leer y hasta entender la Biblia, pero no llega a comprender a cabalidad su mensaje y a aceptarlo sin la ayuda del mismo Dios a través del Espíritu Santo, el cual mora en todos los creyentes. Aquí vale parafrasear lo que dijo Martín Lutero: "Un campesino con la Biblia sabe más de las cosas espirituales que los sabios con toda su ciencia". Al final, podemos concluir que la Biblia la puede interpretar cualquier persona que la respete como libro, la estudie como historia y la acepte como mensaje de Dios.
La recomiendo para aquellos interesados en tener una Biblia con artículos de interés para ministros, maestros y tutores de adolescentes.
¿Quién puede interpretar correctamente la Biblia?
En realidad, la respuesta corta a esta pregunta es que usted, yo o cualquier persona puede interpretar correctamente la Biblia. Sí, incluso alguien inconverso.
No pretendo decir que cualquiera acepta la Biblia o es transformado por su poder, sino que todos tienen el potencial de interpretar bien las Escrituras. Sin embargo, sabemos que lo anterior no sucede. No son todos los que saben interpretar la Biblia de manera adecuada. Entonces ¿Cuál es el secreto? ¿Cuáles son las condiciones para llegar a interpretar bien las Sagradas Escrituras?
Se debe comenzar diciendo que no existen fórmulas secretas o especiales para comprender el sentido correcto de la Biblia. Este es un libro dirigido a los seres humanos, por l tanto, está diseñado para que ellos lo lean y lo entiendan. No obstante, sí es cierto que se debe cumplir condiciones a fin de comprender la Biblia.
La primera condición es respetarla según sus variados géneros literarios. Dicho de otro modo, aquel que busca interpretar correctamente la Escritura llega a aprender que las historias se interpretan como historias, los salmos como cánticos, los proverbios como tales y las cartas como correspondencia personal. Los problemas comienzan cuando interpretamos los salmos como que si fueran las cartas de Pablo, o los libros apocalípticos como teología moderna. Cada género tiene sus particularidades, atractivo y significado, el cual encaja muy bien dentro del propósito general que Dios le ha querido dar a toda la Biblia.
La segunda condición es respetar el trasfondo histórico de cada pasaje. Si debemos interpretar un texto, llegaremos a apreciar en qué momento fue escrito, quién lo escribió, a quién fue dirigido, qué costumbres se muestran en él y qué entendió el lector original, entre otras cosas. Es por ello que los maestros de la Biblia señalan a menudo: "lo que el autor quiso decir a sus lectores fue...". Por ejemplo, podemos entender mejor el escándalo de la historia del buen samaritano si recordamos que ellos eran judíos mestizos, mezclados con otras razas, razón por la que el pueblo los odiaba. Sin embargo, en esta historia Jesús considera a este samaritano como el héroe que ayudó al necesitado.
La tercera condición es respetar el contexto de cada pasaje, es decir, el argumento, inmediato o mediato dentro del cual se ubica un texto específico. Por ejemplo, si solo leemos: "si la esperanza que tenemos en Cristo fuera sólo para esta vida, seríamos los más desdichados de todos los mortales" (1 Corintios 15:19), entraríamos en dudas con respecto a nuestra esperanza cristiana. No obstante, ese pasaje trata de imaginar qué pasaría "si Cristo no resucitó" (1 Corintios 15:13) y después aclara que "lo cierto es que Cristo ha sido levantado". Como vemos, resulta muy importante comprender el argumento del autor considerando el contexto de lo que dice.
Por último, hay una condición espiritual. Los no creyentes tienden a pensar que ciertas partes del mensaje cristiano son locura (1 Corintios 1:18), mientras que otras provocan enojo (Hechos 7:54) o simplemente constituyen un motivo de burla (Hechos 17:32). Un inconverso puede leer y hasta entender la Biblia, pero no llega a comprender a cabalidad su mensaje y a aceptarlo sin la ayuda del mismo Dios a través del Espíritu Santo, el cual mora en todos los creyentes. Aquí vale parafrasear lo que dijo Martín Lutero: "Un campesino con la Biblia sabe más de las cosas espirituales que los sabios con toda su ciencia". Al final, podemos concluir que la Biblia la puede interpretar cualquier persona que la respete como libro, la estudie como historia y la acepte como mensaje de Dios.
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