miércoles, 18 de agosto de 2010

Sartre y su paradoja frente a Cristo - Por Martín Kim

“Elegir con libertad”
Sartre y su paradoja frente a Cristo.

Juan 9:39-41

-Entonces Jesús dijo: -Yo he venido al mundo para juzgarlo, para que los ciegos vean, y los que ven se queden ciegos.
-Algunos fariseos que estaban con él, al oírlo hablar así, le preguntaron: ¿Qué? ¿Acaso también nosotros somos ciegos?
-Jesús les contestó: - Si fueran ciegos, no serían culpables de pecado, pero como afirman que ven, su pecado permanece.

En cierta ocasión leyendo y repasando a filósofos antiguos y contemporáneos, los últimos autores de ética y deontología de la comunicación (materia de la facultad), no dejé de ver la gracia de Dios leyendo a Jean Paul Sastre (filósofo existencialista ateo). Su gran teoría me llamó la atención porque, dentro de un pensamiento cristiano, él terminaría en una paradoja contradictoria.

¿Qué dice Sastre?
Sastre, habla sobre nuestra esencia (para qué estamos hechos, el ser, identidad de un ente, etc.)
Según este hombre, contradiciendo la creencia cristiana, la existencia precede a la esencia.

Decisión + Decisión + Decisión = tu historia = tu existencia = Esencia

Por lo tanto las decisiones son fundamentales para cada uno de nosotros y las decisiones se toman a partir de que somos libres.
Durante la vida elegimos, y esas decisiones "nos hacen".
Un ejemplo sería: La esencia de un hombre recibido de médico, que no ejerce la medicina sino que trabaja como comerciante textil, no es ser médico sino ser comerciante, ¡porque el decidió eso! por lo tanto, el título termina siendo un simple papel que dice lo que estudió en algún momento pero simplemente es un comerciante. Otro ejemplo: un hombre que dice ser una persona correcta dentro de los parámetros de la sociedad, fuma marihuana en la facultad de filosofía y letras, le raya el auto al vecino, le pega a la esposa, maltrata a sus hijos, etc. Su esencia es de un criminal o un inadaptado, y no la de un hombre correcto.

Es entonces, para Sartre, la decisión una responsabilidad ya que siempre decidimos, ¡sea cual fuere las circunstancias! No importa en qué contexto vivís, sino cómo decidís ante tal situación; y la responsabilidad no es solo individual, sino una responsabilidad histórica: tus decisiones también van a formar la esencia del hombre, de todos los hombres; y las sumas de decisiones harán al hombre, y su historia.

En el caso de jugar al poker ----> cual fuere las cartas que te toquen ¡el que mejor decide cómo jugarlas gana! Por lo tanto, el que tome la mejor decisión podrá salir mejor o peor.
Según Sartre, en un hombre racional, la idea de la responsabilidad es lo que nos lleva a la angustia. Saber que somos responsables de todas nuestras decisiones y que eso va a decidir quiénes somos, hace que carguemos con el peso de la responsabilidad. Aquel que cree que no fue culpable de las consecuencias, es un irresponsable, aquel que no asume su elección no es digno de ser una persona racional.

El infierno para este hombre era ya no poder decidir más, ¡y que todos vean las decisiones tomadas a lo largo de tu vida!, absolutamente todas las decisiones... ¡totalmente vergonzoso!
Detrás de todo este pensamiento, filosófico y humanista, está la verdad de Dios.

Dios se dio cuenta del peso de esta responsabilidad. Cuando crea al hombre y lo deja decidir se da cuenta de que es muy débil ante la tentación de no obedecerlo. O sea, incapaz de decidir correctamente y lo mejor para sí mismo.
Pero al contrario del pensamiento de Sartre, Dios dijo: "y será creado a imagen y semejanza de Dios" Génesis 1:26-27 Por lo tanto, nuestra esencia es ser como Dios, un ente santo, de bien y que pueda relacionarse con Él. Ya teníamos esencia antes de existir, Dios nos creó con un propósito que fue corrompido por el pecado. Y cuando Dios vio que nosotros perdimos la esencia dijo: "¡basta! a mi nadie me va a impedir que ellos sean mis queridos hijos." Y Él tomó esa esencia corrompida y la llevó a la cruz con su hijo Jesucristo, llevándose todo el peso de la responsabilidad hasta la muerte de ser quienes elegimos ser: pecadores, inmorales, corruptos, homicidas, chismosos, traidores, idolatras, ladrones, adúlteros, etc.
La cruz es increíble. No solo nos libra de esas cadenas de la esencia corrupta que el mundo tomó para el ser humano sino que también nos quita la angustia de la responsabilidad que llevó Sartre hasta la tumba. El hombre murió con su contradicción, ELIGIÓ ser ateo, y no creer que Cristo podía derrotar a la esencia corrupta, DECIDIÓ CON LIBERTAD ser responsable de su pecado y no tomar la Gracia restituyente que nos regaló Cristo al morir y resucitar por nosotros.

Muchos preguntaran: ¡pero sigo siendo pecador! la respuesta es: la sangre de Cristo es más poderosa que cualquier pecado sea tanto pasado, presente o futuro; y la realidad es que por eso lo llamamos El SALVADOR.
Pónganse a meditar ¡cuente todo lo que Cristo puede derrotar al entrar en su vida! es infinito. No solo del infierno, ¡de todo lo que lo ata al mundo! ¡De esa responsabilidad que nos condena eternamente!

El creer es un acto de fe. ¿Cristo vive? ¡Usted lo decide! Tiene la libertad de hacerlo y tomar ese amor eterno. Una vez tomada la decisión, la fe se convierte en verdad, y la verdad se incrusta en su vida misma.
Será una decisión que marque su historia, y así también a la historia de la humanidad.

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